La escucha activa nos permite afrontar comunicaciones efectivas, ganarnos la confianza de quien no habla y estrechar la relación con éste. La escucha activa posibilita que se desarrollen con éxito las comunicaciones.
Sin embargo, a lo largo de las entrevistas podemos cometer una serie de errores que pueden afectar al propio proceso de comunicación, llegando incluso a romper la comunicación.
Los errores más comunes que solemos cometer mientras escuchamos son:
- Interrumpir a nuestro interlocutor mientras está hablando
- Dedicar más tiempo a hablar nosotros que a escuchar a nuestro interlocutor
- Distraernos. No prestar la suficiente atención. Llegar incluso a desconectarnos de la conversación
- No elegir el sitio adecuado para la entrevista ya sea por exceso de ruido o por falta de luz que provoque distracciones
- Pensar que vamos a decir cuando nos toque hablar, en vez de concentrarnos en el discurso de nuestro interlocutor
- Prejuzgar el mensaje de nuestro interlocutor
- Interpretar su comunicado desde nuestro punto de vista, en vez de hacerlo desde su punto de vista
- Dirigir la conversación hacia nuestros intereses, en vez de dejar que nuestro interlocutor nos revele sus pensamientos
- Realizar preguntas cerradas que impiden que nuestro interlocutor desarrolle sus ideas Reaccionar ante lo que creemos que son ataques emocionales por parte de nuestro interlocutor
- Realizar una escucha selectiva, prestando atención sólo a las partes del mensaje que nos resultan interesantes
- Sermonear, mandar o reprochar a nuestro interlocutor
- Dar lecciones o aconsejar, aludiendo a nuestra experiencia para indicar lo que es bueno o malo
- Desaprobar, cuestionar o quitar la razón al otro
- Insultar o despreciar a nuestro interlocutor
- Ironizar o reírnos del otro
- Descalificar o subestimar el mensaje.