La escucha empática
La escucha empática es aquella escucha por la cual captamos el mensaje de nuestro interlocutor sin prejuicios, poniéndonos en su papel, apoyándole y aprendiendo de su experiencia.
Mientras estamos escuchando durante la entrevista, nuestro interlocutor puede realizar afirmaciones, ataques o peticiones, ante los cuales nos veremos obligados a llevarle la contraria. La escucha activa implica captar la totalidad del mensaje e interpretarlo desde el punto de vista de nuestro interlocutor. Ponernos en su lugar, no quiere decir que compartamos su opinión. Su mensaje puede contener afirmaciones, ataques o peticiones cuya aceptación por nuestra parte puede acarrear problemas para nosotros. Ante estas afirmaciones, ataques o peticiones nos vemos obligados a decirle “no” a nuestro interlocutor, pero sin crear un conflicto.
Para prestar atención se requiere realizar un esfuerzo físico y mental considerable para evitar las distracciones que ejercen otros estímulos. Este esfuerzo produce un desgaste de energía.
La asertividad es la virtud de saber decir "no" sin ser agresivo, es decir, la capacidad de decir "no" a nuestro interlocutor sin crear un conflicto.
La asertividad y la escucha activa no son conceptos contrapuestos. Es más, debemos ser asertivos mientras practicamos la escucha activa. Cuando nos encontremos ante afirmaciones, ataques o peticiones que no podamos hacer frente, debemos comunicárselo claramente, honestamente y con el máximo respeto.
Existen tres tipos de personas:
Hay gente que se comporta con asertividad normalmente. Pero, ¿pueden aprender a ser asertivos aquellos que por su carácter no lo son? La respuesta es sí. La asertividad es un hábito de conducta, y como tal, se puede aprender.
Te presentamos las técnicas para ser asertivos mientras practicamos la escucha activa:
Los consejos para convertirnos en un oyente empático son:
La escucha empática es aquella escucha por la cual captamos el mensaje de nuestro interlocutor sin prejuicios, poniéndonos en su papel, apoyándole y aprendiendo de su experiencia.
Mientras escuchamos, afloran emociones internas que nos hacen perder la atención. Por ello, antes de iniciar la entrevista, es aconsejable que reflexionemos unos minutos sobre el estado emocional que presentamos. Debemos escuchar nuestro interior antes.