escucha activa

Curso Avanzado de Escucha Activa

5. La posición y la mirada durante la escucha

la posición y la mirada durante la escucha

La segunda fase del proceso de la escucha activa es la posición y la mirada que mantenemos durante la comunicación. Además de escuchar activamente, debemos parecer un oyente atento ante los ojos de nuestro interlocutor. No basta con ser un buen oyente, hay que parecerlo.

Para demostrar al emisor que le prestamos atención, respetaremos su distancia personal, presentaremos una posición adecuada y fijaremos la mirada en sus ojos.

Todos tenemos unas pautas de proximidad en las entrevistas. Mantenemos unas distancias determinadas según el tipo de relación. Existen cuatro zonas:

  • Zona íntima comprendida hasta los 45 centímetros. Este espacio es personal y privado
  • Zona personal que abarca entre los 45 centímetros y el 1 metro y 20 centímetros. Esta área esta reservada para las relaciones con los familiares y los buenos amigos
  • Zona social delimitada entre el 1 metro y 20 centímetros y los 3,5 metros. Este es el espacio dedicado para las comunicaciones con los conocidos y para las relaciones profesionales
  • Zona pública que comprende a partir de los 3,5 metros. Este es el espacio que mantenemos en las apariciones públicas, en las presentaciones o en los discursos

Cuando invadimos el espacio, que nuestro interlocutor nos tiene asignado según el tipo de relación que mantenemos, se genera tensión. La comunicación se puede romper, incluso antes de iniciarse.

En cuanto a la posición, permaneceremos con una postura general relajada, teniendo las piernas y los brazos asimétricos y las manos distendidas. Dejaremos caer los brazos relajadamente a ambos lados del cuerpo, indicando a nuestro interlocutor que estamos completamente abiertos a su comunicado. Esta posición manifiesta tranquilidad y seguridad.

Mientras escuchamos, tendremos una posición adelantada, inclinando el cuerpo hacia delante desde la cintura. Esta es una de las técnicas principales de la escucha activa: mientras oímos, nos inclinamos ligeramente hacia delante y cuando hablamos, recobramos la posición recta.

Otra posición, que anima a nuestro interlocutor a continuar desvelando sus ideas, es colocar la mano sobre la parte inferior de nuestra barbilla, acariciándola suavemente mientras escuchamos. Esta postura indica al emisor que estamos atentos a su mensaje, analizando sus palabras y reflexionando su significado.

Al escuchar, de vez en cuando, debemos sonreír cálidamente para transmitir confianza. Este gesto es interpretado como muestra de simpatía y amistad.

Las personas nos comunicamos a través de la mirada. Debemos fijar la mirada en los ojos del emisor. Mantener la mirada muestra atención e interés por nuestro interlocutor.

Si percibimos que el emisor se siente molesto, podemos darle un descanso bajando la mirada, pero no más de la línea de la base de la nariz para no incomodarle.

Un excesivo contacto ocular puede llegar a ser considerado como una manifestación de superioridad y falta de respeto. Debemos fijar la mirada en los ojos del emisor la cantidad de tiempo que éste considere idónea. Según diferentes estudios, se recomienda establecer un contacto visual entre el 60 y 70% del tiempo de la conversación.


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4. Prepararse para escuchar

Cuarto capítulo del curso de escucha activa.

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6. Las técnicas de la escucha activa

Sexto capítulo del curso de escucha activa.